por Luciana Musumeci
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NOTA IMPORTANTE: Anticiparte que alguna parte de este relato podría resultarte un tanto movilizadora. Si en estos momentos sientes que no estás con energía para ello, quizás quieras dejarlo para otro día. 🙂
Alrededor de los 6 años tuve una experiencia (que a falta palabras más atinadas y para no contarla entera, describiré como) «espiritual» muy profunda que marcó mucho mis sueños y decisiones de vida. Incluso a día de hoy.
Supe también que, aunque a veces duela o me cueste comprenderlo en el momento, todo forma parte de un propósito mayor. (Sigue doliendo, sigue costando…).
Llegaron a mí el Ayurveda, las Artes del Divino Femenino, el Masaje, el Contact Improvisación y otras formas de danza y movimiento consciente, el Budismo, la Sexualidad Sagrada y nuevas formas de Yoga.
Cada uno de ellas me siguen ayudando a dar un pasito más en dirección a mí misma, a mí verdadera Esencia de Amor. Un camino continuo que me enseña a abrazarme, aceptarme, perdonarme, respetarme, disfrutarme, dejarme ser. ¡A amarme! Y desde ese lugar, a todos los seres. A vos.
Si estás acá, probablemente también te hayas hecho esta pregunta. Y quizás también hayas sentido el llamado hacia una reconexión. A volver al cuerpo, a la tierra, al placer de ser, a habitar todas tus facetas, a la integración natural de las energías. O lo que me gusta nombrar como el llamado a volver a casa.
Hija, amiga, hermana, viajera, bruja, canal, facilitadora, meditadora, soñadora, amante, aprendiz, yogini, mujer medicina, profe, diseñadora, emprendedora, compañera, danzadora, artista y exploradora del Movimiento Consciente y del Sagrado Femenino en todos los seres.
«El amor es todo lo que hay. Lo demás es sólo una ilusión».
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